domingo, 8 de febrero de 2015

Fe de vida

Benilde abrió la carta del banco por la tarde, mientras escuchaba la radio. Le resultó divertida. Decidió que iría al día siguiente. Se le olvidó.

Dos semanas después recibió otra carta. Era más apremiante. Esta vez, Benilde fue al banco. Había una larga cola. Decidió dejarlo para el día siguiente. Sin embargo, le surgió algo al día siguiente y al siguiente.

Las cartas continuaron llegando. Perentorias. Algo le impedía a Benilde acudir al banco. Una cita con el médico, una visita, el mal tiempo. Un día, las cartas dejaron de llegar. Benilde comprendió que había muerto.

Microrrelato finalista del Concurs Setmanal de Microrelats Wonderland