El viejo pistolero encontró trabajo en el circo de Buffalo Bill. Sus compañeros de espectáculo eran Wild Bill Hickok, Toro Sentado, Calamity Jane, Rooster Cogburn. Cada tarde, cuando se situaba en el centro de la pista, un silencio expectante recorría los graderíos. Cuando conseguía desenfundar más rápido que su propia sombra, la gente comenzaba a aplaudir entusiasmada. Sin embargo, un día fue su sombra la que logró desenfundar antes. Lucky Luke quedó tendido en la arena, mientras su sombra levantaba los brazos para recibir las ovaciones que tantas veces se le habían negado. Sólo los Dalton, que se encontraban entre el público, aplaudieron.
Microrrelato ganador (ex aequo) del Certamen literario Fábrica de Cuentos del I Saló d’Escriptura de Barcelona