lunes, 31 de agosto de 2015

Escapatoria

Rebuscó en los bolsillos. 

–¿Dónde te has metido?  –preguntó.

Estaba tan nervioso que no logró encontrar nada. Mientras tanto, las sombras se le estaban echando encima.

–¡Socorro! ¡Hay alguien!

Nadie respondió.

Las sombras siguieron avanzando. Comenzaron a cubrirle. Metió una vez más las manos en los bolsillos. Tocó algo. ¿Qué era? ¡El mechero! Por fin. Lo encendió. Las sombras se retiraron, pero sólo un poco. Tenían experiencia en situaciones similares. Esperarían a que se acabara el gas. Cuando eso sucediera, no tendría escapatoria.