Me besó. Recorrió con sus labios todo mi cuerpo. Pasamos media noche haciendo el amor. Fue maravilloso, extraordinario. Él era el hombre de mis sueños. Cuando desperté, vi a mi marido gemir en sueños. No quise despertarle. Quizá él estuviera pasando un buen rato con la mujer de sus sueños.
Microrrelato finalista del II Concurso Internacional de Microliteratura “Sólo50”