miércoles, 27 de agosto de 2025

De cómo el Tigre prefirió la tranquilidad doméstica al oro negro del desierto

Muchos franceses acusaron a Clemenceau de haber entregado Mosul y sus pozos petrolíferos a los británicos. Sin embargo, la verdad es más compleja. Lo que sería conocido como Palestina —el territorio entre el Jordán y el Mediterráneo— iba a ser para Francia. Ya había miles de inmigrantes judíos allí, y más que venían. La Gran Guerra había dejado muchas cicatrices, pero el caso Dreyfus seguía siendo una herida abierta en la sociedad francesa. Clemenceau no quería otra división nacional. No estaba dispuesto a cargar con el problema que supondría la llegada masiva de judíos a Palestina y el inevitable enfrentamiento con la población árabe que ya vivía en la región Prefirió, por ello, el apacible desierto sirio a los problemas que Palestina le traería; a fin de cuentas, la paz en casa no tiene precio. Los británicos, que tampoco estaban muy entusiasmados, aceptaron el cambio.