La España de Pedro Sánchez entretiene. Pero, como todo espectáculo, la función acaba costando demasiado.
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El arte de sobrevivir consiste en administrar pequeñas dosis de café, chocolate y alcohol. --
La política es el arte de fastidiar a los electores sin que estos se den cuenta.
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Suicidas chapuceros: Emilio Salgari, Yukio Mishima, Malcolm Lowry, John Kennedy Toole…
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Él no me olvidará, pero yo sí le olvidaré a él. Esa será mi venganza.
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Callar es el método más rápido para decirlo todo. Eso sí, que no te pidan explicaciones después.
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Domina lo pequeño. Comprenderás todo.
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Guardo buenos recuerdos de 2014. No porque lo fueran, sino porque la memoria es una maquilladora barata.
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En política, el verdadero talento está en posponer lo inevitable, celebrarlo como logro y convertirlo en herencia maldita.
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Hay gente que reivindica a Stalin. HAY GENTE QUE REIVINDICA A STALIN.
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Últimamente, con tal de evitar las discusiones, he abandonado incluso el diálogo interior y la autocrítica y, por no tener, ya no tengo conflictos internos.
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ESPAÑA INCREÍBLE
Alguien afirma tener un título —que no posee— y accede a un puesto de nivel A1. Años después, le exigen el título. Al no tenerlo, lo degradan de puesto, pero mantiene su sueldo de nivel A1.
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El país de Kafka no conoce límites. Tampoco conoce redenciones.
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Si algo es claro, un intelectual lo oscurece. Sin humo, no habría escenario.
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Cuando el único termómetro de tu éxito es tu saldo bancario, corres el riesgo de confundir riqueza con plenitud. El capitalismo alimenta precisamente esta confusión peligrosa.
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Un microcuento es perfecto cuando ya no necesitas que 17 desconocidos confirmen tu genialidad con un corazoncito.
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Pues, diga lo que diga Freud, Edipo no tenía complejo de Edipo.
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La ministra de Sanidad asegura que madrugar es malo. Madrugar no es malo; lo malo es trasnochar y después madrugar.
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Sospecho que existe un dado para contar historias, pero esta vez usado para tatuarse. Tiras el dado y te tatúas lo que salga, sea lo que sea, por absurdo que parezca. Algunos usan ese dado para tatuarse en exceso.
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Volverse loco puede ser comprensible. Volver a la cordura después, eso sí que es de locos.
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¿Por qué la timidez siempre se interpreta como soberbia, indiferencia o mala educación? Lo siento si no saludo: estoy demasiado ocupado sobreviviendo al pánico social.
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Nos reímos de los milicianos de Maduro, pero deberíamos preocuparnos por los malicianos de Sánchez.
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Dicen que pasa el tiempo. En realidad, lo que se nos escurre son las ganas de vivir.
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Dormir sienta bien. Es la manera más sencilla y económica de olvidar la edad.
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Algunas mañanas uno decide mandarlo todo al cuerno. El dilema es si hacerlo antes del desayuno o después del café.
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Nada brilla tanto como la primera frase. Lástima que lo que sigue suele ser un bostezo.
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La paciencia más plena nace precisamente cuando morimos a la esperanza.
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Envidio a la gente a la que le gusta perder el tiempo leyendo novelas.
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Hay carreras universitarias realmente extrañas: grado en Cultura Simpson, doble grado en Matemáticas y Música, licenciado en Teología, doble grado en Derecho y Bellas Artes, licenciatura en Ciencias Políticas…
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No hay debate: si te levantas al mediodía, ya perdiste medio día.
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Pues podrá haber desenterrado a Franco y enterrado la monarquía, pero eso no le hace menos mentiroso.
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Los mismos que te dicen que no tienes derecho a heredar la cómoda de tu abuela —porque te daría ventaja sobre quienes no pueden heredar la cómoda de sus abuelas— son los mismos que defienden que los ciudadanos vascos y catalanes tienen más derechos, heredados de la Edad Media.
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BEGOÑA GÓMEZ
Esposa y catedrática.
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No siempre ir a un balneario es saludable. Fíjense en lo que le pasó a Cánovas.
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No llores por tu cosecha de miseria si lo único que sembraste fueron excusas y mediocridad.
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Si crees que tu salud es mala ahora, espera veinte años.
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El asesinato de César fue, para los dacios, una buena noticia. Al menos les regaló un siglo y medio antes de su genocidio.
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Despertamos esta mañana. Qué suceda después es un misterio que nos mantiene ocupados y preocupados.
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Pedro Sánchez, desdeñador de ocios, aborrece las vacaciones, que le fatigan sobremanera. Tras tres semanas en Lanzarote, yace exhausto. Anhelando remedio, parte raudo a un fin de semana en Andorra, donde halla quietud en el bullicio de las cumbres.
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La fantasía no consiste en crear lo inexistente. Consiste en valorar y atender lo que nos rodea con atención y asombro.
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Los urbanitas creen que, cuando la temperatura está por encima de 35º, se producen incendios espontáneos.
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Todos manipulamos nuestras memorias. La verdad histórica de uno mismo es imposible de alcanzar.
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Para mantener la tradición del «vuelva usted mañana», es habitual que las páginas web de la administración pública experimenten en la nueva era digital problemas de lentitud, bloqueos o fallos debido a diversos factores, incluida la sobrecarga del servidor.
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Deberíamos tener derecho a jugar con la misma baraja. Ellos quieren fueros; yo también. Quiero los derechos que reconocía el fuero del Reino de Jaén.
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Si quieres paz, confía. Si quieres seguir vivo, sospecha.
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Saber callar es clave en el matrimonio. Sobre todo cuando tu argumento es irrefutable.
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Los peores jugadores son los que nunca disfrutan la mano actual. Siempre corren hacia la siguiente derrota.
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Solo los tontos esperan que el mundo les divierta. Los demás se encargan de entretenerse solos.
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Los urbanitas creen que el tomate que compran en el súper sabe a tomate.
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En la Revolución francesa perdieron la cabeza hasta quienes no perdieron la cabeza.
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Tres tipos de ignorancia: no saber, saber mal y saber cuando ya no sirve de nada.
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Hijos: felicidad y pérdida de libertad.
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El populismo es como las dietas milagro: te ilusiona rápido y te deja peor que antes.
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Lo brutal es la guerra. Lo demás, consecuencia.
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Escribir es llenar el vacío: el de la hoja en blanco y el de la vida.
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Hay silencios que son discursos enteros.
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Los urbanitas creen que en los pueblos, en verano, hace mucho calor.
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ESPAÑA INCREÍBLE
Por el riesgo de incendios, los urbanitas prohibieron quemar rastrojos, tradición rural que servía para limpiar campos y reducir material inflamable. Ahora, la maleza acumulada multiplica el riesgo; los incendios son peores.
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Sobrevivir absorbe tanto que casi olvidas por qué vives.
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No me pesa lo que hice mal. Me pesa lo que ya no podré hacer mal.
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Los terraplanistas niegan la Tierra redonda, aferrados a conspiraciones absurdas. Los marxistas rechazan el mercado, ciegos a los éxitos del capitalismo, que ha reducido las desigualdades.
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Hasta los 25 leía más libros de los que compraba. Luego, durante un tiempo, compraba tantos como podía leer. Después empecé a comprar «para más adelante». Ahora casi no compro: no puedo leerlos y, lo peor, sé que nunca lo haré.
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Propongo seriamente que la polarización se convierta en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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¿Debo perdonar solo porque el Estado ha decidido perdonar?
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Hace setenta años viajaron a La Carlota para preñar a la burra. Ahora, sentados en la plaza, hablan de ello con nostalgia.
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Algunos ministros españoles merecerían la condecoración de Héroes de la Unión Soviética. Curioso, ¿no?
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El día perfecto resulta ser aquel que menos esperábamos.
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Es triste reconocerlo: me acostumbré tanto a las interrupciones que ahora me resultan necesarias. Ya no sé escribir en silencio.
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En la Edad Media, el privilegio lo daba la cuna: nacer noble aseguraba poder y respeto. Hoy, el linaje importa menos, pero el dinero y el cargo ocupan su lugar, blindando a quienes los poseen con un nuevo escudo de privilegios igual de excluyente.
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Nada empieza en la confianza. Todo comienza en la sospecha.
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El dinero ganado dignamente compra el derecho al placer sin culpa.
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Mi hijo me pidió que le dibujara un híbrido de Godzilla y tiranosaurio. Le dije que necesitaba permisos de la Consejería de Expresión Artística y del Ministerio de Artes Plásticas. También tenía que comprobar que el dibujo no fuera contra las normas europeas. La burocracia empieza temprano.
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La mujer fue la última obra de Dios; me pregunto si primó la perfección adquirida o el cansancio.
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La carga de la Brigada Ligera, tan heroica en los libros, fue en realidad una pelea de cuñados: alguien entendió mal, otro no quiso rectificar, todos se creyeron con razón… y al final, desastre.
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La sospecha oscurece. La luz necesita sombra.
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El mal previsible hiere. El impredecible destruye.
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La Edad Contemporánea ya empezó mal, con el pueblo de París asaltando la Bastilla y liberando a un delincuente sexual y a un falsificador.
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Antes, los libros me enseñaban. Hoy, los libros me ayudan a huir de lo que aprendí de la vida.
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Algunos nacen con el don de escribir. Otros encuentran en la escritura la forma de volver a empezar.
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Admiro a esa gente a la que le prestas un libro, se lo regalas o simplemente lo recomiendas, y lo lee. Da igual el libro: sobre la fruta de temporada o el mundo secreto de la microbiota, cómo ordenar tu casa o una novela que cuenta el amor de un highlander y una rica heredera taiwanesa, o un libro de cuentos de un bombero de Mississippi. Les ofrezcas lo que les ofrezcas, lo leen. Admiro a esa gente que está en clubes de lectura y lee los libros insulsos que —en ocasiones— se leen en los clubes de lectura.
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Cuando nada ocurre, siempre hay alguien dispuesto a convertirlo en épica. La nada es el tema más prolífico de la literatura contemporánea.
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Gobernar es pasar la pelota. Lo importante no es arreglar nada, sino que explote en manos ajenas.
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La felicidad es tan escasa que cuando llega ya estamos entrenados para desconfiar. Preferimos la familiaridad de la tristeza a la incertidumbre de la dicha.
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Engels, por lo menos, era buena persona.
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El Guernica costó 200.000 francos al Gobierno de la República. Al cambio actual, unos 100.000 euros. Una obra maestra, sí, pero… ¿no habría sido más útil comprar, no sé, fusiles?
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Sospechar: instinto de supervivencia.
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Y si les hubiera salido bien la holgazanería a los reyes merovingios. A los emperadores de Japón les ha salido bien.
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Llevo meses en X silenciando a los que hablan de política, porque me conozco. Soy como un toro: acudo al capote. Pero si silencio cinco, aparecen siete más.
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Todos reciben cartas marcadas en este juego, pero prefieren culpar al crupier. Es más fácil llorar mala suerte que jugar bien las manos.
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Escritores famosos que recibieron el Nobel: Thomas Mann, Ernest Hemingway, William Faulkner, Gabriel García Márquez, T. S. Eliot, José Saramago…
Escritores famosos porque recibieron el Nobel: Imre Kertész, Herta Müller, Abdulrazak Gurnah…
Escritores famosos aunque no recibieron el Nobel: Jorge Luis Borges, Graham Greene, Vladimir Nabokov, Thomas Bernhard, James Joyce, Virginia Woolf, Marcel Proust, Julio Cortázar…
Escritores olvidados aunque recibieron el Nobel: Sully Prudhomme, José Echegaray, Eyvind Johnson, Harry Martinson…
Escritores olvidados porque no recibieron el Nobel: Richard Linkleter, Adam Zagajewski, Jaan Kross, Felisberto Hernández...
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A menudo tenemos muchos motivos para actuar. El más poderoso de todos suele permanecer oculto.
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¿Quieres presenciar el abuso de la ley? Cruza la puerta de un juzgado.
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La guerra terminó en tregua. Quedaron dos Españas. ¿En cuál estoy yo? Pues ese es el problema: no lo sé.
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Estoy tan acostumbrado a perder que ganar me fastidia.
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El Movimiento se refutaba andando.
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A lo largo de la historia, la gente ha vivido en pareja por amor, compañía, apoyo mutuo o estabilidad familiar. Hoy, muchos lo hacen por motivos pragmáticos: compartir el alquiler, dividir gastos, ahorrar tiempo en tareas o acceder a beneficios legales, lejos del romanticismo.
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El mejor antídoto contra el comunismo fue el comunismo soviético.
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Exigir valentía a un tímido es un gran consejo. Equivale a decirle a un pez que pruebe el desierto.
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Si las Cortes prohíben la prostitución, ¿dejará de haber políticos hijos de puta?
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Cancericidios: Paul Auster, Antonio Gala, Fernando Vizcaíno Casas, Carlos Ruiz Zafón, Tomás Eloy Martínez, Gabriel García Márquez, Rafael Chirbes, Michael Crichton, Martin Amis, Christopher Hitchens, Susan Sontag, Sue Grafton, Russell Banks, Almudena Grandes…
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Preguntar es caminar en la penumbra. Hallar es encender un verso en la noche.
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Salieron de Hitler y se metieron en Stalin.
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El escritor que escribe lo que quería escribir ya perdió. Para eso existen las listas de la compra.
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La vida sería insoportable si no nos ocupáramos en olvidarla.
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No sé si los incendios tienen que ver con el cambio climático, pero apenas ha habido fuegos en Córdoba o Sevilla, que yo sepa, pero sí en zonas donde la ganadería tiene (o tenía) gran importancia: Extremadura, León, Zamora, Orense…
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Me autopercibo como dragón, pero sospecho que ningún San Jorge perderá el tiempo conmigo.
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Si todos son importantes, entonces nadie lo es.
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Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca con una tercera parte del personal que tiene hoy el Ayuntamiento de Jaén.
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Hernán Cortés conquistó el Imperio azteca con una quinta parte del personal que trabaja en Moncloa.
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Era tan vago que prefería que lo perdieran antes que perderse.