jueves, 28 de agosto de 2025

Receta para dos

 Ingredientes:
– Un puñado de paciencia, del tipo que no caduca.

– Tres cucharadas colmadas de confianza, sin adulterar.

– Un vaso generoso de respeto mutuo.

– Una pizca de humor, preferiblemente fresco.

– Un ramo pequeño de ternura, recién cortada.

– Ganas de quedarse, al gusto.

Preparación:
En un cuenco grande, mezclar la paciencia con la confianza hasta obtener una masa homogénea. Añadir poco a poco el respeto, removiendo siempre en círculos, nunca en líneas rectas, pues el amor rara vez sigue caminos rectos.

Incorporar la ternura y el humor, cuidando que no se evaporen. Dejar reposar las inseguridades fuera de la cocina: si entran en la mezcla, corren el riesgo de agriarla.

A continuación, añadir las ganas de quedarse. No es un condimento, sino la levadura: sin ellas, la receta nunca sube.

Servir caliente, en platos hondos, a ser posible bajo la misma manta en noches de frío.

Nota del recetario:

Quien intente preparar este plato sin manos limpias ni corazón abierto, solo conseguirá un guiso insípido. El secreto no está en los ingredientes, sino en la constancia de quien cocina cada día.